Ausente ya, y repartido
entre la estepa y la arena negra
solo me queda la piel
entre lo vivo y el recuerdo.

A cada paso voy golpeando
fragmentos de baguales,
que aquí cayeron
y  esperan
hasta disolverse
con Magallanes.

Así fuimos alguna vez
de cuerpo y sangre.
De tierra y agua,
antes de volver a ser de isla,
fuego y viento.