I.

Son las islas contornos de agua, cielo y soledad.
Son a veces.
Son un instante entre el este y el oeste.
Son vértices oceánicos que varan.
Son desprendidos del hielo.
Son de la tierra y del fuego.

Esta isla patagónica
queda solo visible al mirar tras el humo y el fuego.

Aquí el viento es el hálito y la exhalación.
La tierra es la forma de lo perenne;
la pampa en tundra,
el sonido de lo inabordable.

Así la vi desde el Estrecho de Magallanes
a través de las columnas de humo navegante
de las que siempre escuché hablar.

Siempre en vuelo destemplado
y semi transparente.